preguntando al Maestro Serapis Bey
realizada por Montserrat Tello el dia 13 de Agosto de 2012
A través de mi desciende la luz blanca en vertical, formando en la superficie donde se encuentra la humanidad un ángulo de 90 grados. Esta es la única forma por la cual el ser humano puede recibir la luz blanca que ha de iluminar su camino, su sendero de oscuridad, hasta llegar a fundirse con ella.
Es importante para el ser humano que tome conciencia de este ángulo. La luz no puede ser recibida de manera vertical, es a través del portal en su entrecejo que el ser humano puede tomar la luz para iluminarse internamente. En esa visión interior el ángulo puede girar 360 grados en todas direcciones.
En esa conexión el ser humano conecta con el vacío. A través de ese portal es que su alma puede regresar de manera consciente a la luz. Para que esto suceda el ser humano ha de reconciliarse de manera total con su parte humana, esa parte que permanece conectada a los dos mundos, a las dos realidades en las cuales navega todo ser humano hasta el momento. Estoy hablando del corazón físico y del corazón que permanece conectado a la luz de la conciencia. Todo ser humano ha de reconducirse al camino interior que le permitirá atravesar las paredes materiales para llegar a las inmateriales y guiarse desde su luz y su voz interior a la luz de la conciencia, de la conciencia superior.
Si hablamos de tiempo, el ser humano todavía necesita mucho tiempo para encontrar en su interior el puente que une los dos extremos de una sola cosa, las dos realidades que son una realidad en este momento disgregada para el ser humano. Se hace necesario para completar el proceso de individuación que cada uno encuentre su puente interior, ese lugar dentro del ser que le conducirá de manera fácil y rápida al otro lado.
Ese mismo puente al ser cruzado establece otro puente que une la mente humana con el corazón humano. Y es cada uno de los seres humanos que han de decidir voluntariamente establecer estos puntos de conexión dentro de su ser, y será de manera voluntaria.
Todo es simple una vez que el ser humano vislumbra, aún a lo lejos, ese puente iluminado para poder pasar al otro lado. Esto no es algo imaginario, es algo real que puede darse dentro de cada uno de los seres encarnados en el planeta.
Para el Creador no hay excepción. Solamente cada ser decide a qué ritmo desea caminar en su encarnación y el universo le responde. No todas las almas encarnadas tienen las mismas obligaciones. No todos los seres obedecen a los mismos mandatos. Cada ser encarnado vive su proceso tal y como fue decidido antes de descender y tomar la carne.
La luz siempre estuvo ahí y sigue estando ahí. La llama del fuego eterno nunca se apaga, todo depende del ángulo en el que se mire hacia la luz. Mirando hacia arriba de manera vertical no se puede acceder a la luz. A nivel evolutivo el ser humano necesita realizar ciertos movimientos de manera consciente en su interior. Las puertas de acceso a la luz de la conciencia universal son esas y no son otras.
No estoy hablando de los ojos humanos que solamente dirigen su mirada a un campo limitado. La visión total procede del interior. Lo que se presenta delante de los ojos humanos es una escasa parte del mundo propiamente visible para el ser humano. La ceguera en este momento es prácticamente total, y así permanecerá en el ser humano mientras estos sigan buscando en su exterior, a su alrededor y en su mundo tridimensional.
Es importante en este tiempo para la humanidad revertir la visión hacia el interior. Desde la visión interior es que el ser humano puede conectar con su magnificencia, con su parte Crística, con su verdad, y con un mundo infinito de posibilidades que nada tienen que ver con las dotes propias de un ser humano, con las capacidades necesarias para desenvolverse en el mundo terrenal.
Todas las actitudes que ha desarrollado el ser humano, encarnación tras encarnación, más o menos recordadas en el momento actual, de nada le sirven a la hora de mirar en su interior. Las actitudes humanas sólo son válidas en la búsqueda interior si están conectadas a la sabiduría del espíritu. Esas actitudes son las únicas que reciben la luz de la conciencia superior. Son ellas las que necesita rescatar cada ser humano con su visión interior. Esas actitudes que nacen de lo más profundo de su ser, pueden brillar en su oscuridad, en su silencio y en su soledad.
Es importante por ello en este tiempo para la humanidad, el retiro interior, para encontrar los pequeños atisbos de luz que guiarán al Ser a encontrar ese puente que le conducirá al otro lado. Una vez que el ser humano vea frente a si ese puente de luz, todos los obstáculos desaparecerán de su vida. El tiempo se acelerará de tal modo que será consciente de lo limitada que es la dimensión del tiempo y pasará a percibir en segundos lo que es la eternidad. En ese momento el ser humano internamente tendrá la respuesta clara de que ya está en el otro lado; ya no habrá puente, ya no habrá tiempo, todo será un instante, un instante que durará una eternidad. No habrá sombra, no habrá duda, no habrá miedo, todo será lo que es, tal y como es; el Ser en presencia total viviendo eternamente en la luz.
Ustedes demandan luz y en este silencio yo irradio la luz a toda la humanidad.
Ustedes pueden demandar toda la luz que necesiten y la luz será enviada, irradiada, tanta como necesiten. No se puede enviar más luz de la que ustedes pueden recibir. Cuanta más luz demanden más luz se enviará desde distintos niveles, desde distintos seres, desde cualquier lugar en el universo.
Recuerden que todo lo que está fuera de ustedes está fuera del espacio y del tiempo. Seguiremos enviando luz a demanda, tanta como se requiera para iluminar sus caminos. Todos aquellos que decidan cruzar el puente arcoiris serán bienvenidos.
Aquí termino. Continúo enviando luz. La demanda en este momento es muy alta.
Hasta la próxima.
©Montserrat Tello