Meditando con El Carro:
Este es el vehículo en el cual viajamos hacia
Habrá un constante ir
y venir entre el ego y la voz interior. El joven ego, engreído por algún éxito,
se suele identificar con la voz de su conciencia, perdiendo contacto con su
humanidad personal. En otros momentos,
desconectados del Emperador, nos sentiremos desamparados como el mortal
Enamorado.
Como Jung dijo: la psique es un sistema que se regula
por sí mismo. Mientras el consciente y
el inconsciente estén en actividad, nuestro carruaje puede sufrir sacudidas
violentas, pero es menos probable que vuelque, cosa que haría si sólo uno de
los dos estuviera actuando.
A lo largo del camino,
nos enfrentaremos a nuevas paradojas confusas, que pondrán a prueba nuestra
habilitad para mantener la armonía y el equilibrio.
El objetivo de El
carro es descubrir que el Ego no es el conductor real de nuestra vida; una vez
descubierto esto, más fácil será que crecer como ser humano.
©Montserrat Tello